La modelo Jenn An, que participó en el programa America’s Next Top Model en 2009, denunció al rapero Kanye West (ahora llamado Ye) por —según ella— agredirla sexualmente durante la grabación de uno de sus videoclips en 2010.

An presentó su demanda la tarde del viernes en un tribunal federal de Nueva York, y en el documento, al que ha tenido acceso el medio TMZ, también denuncia a la discográfica Universal Music Group y a la agencia Stink Digital USA por violar la Ley de Protección contra la Violencia de Género de la ciudad.

El músico Kanye West fue acusado de tocar de manera inapropiada y amordazar con fuerza a una modelo durante la filmación de un videoclip en 2010, según señala la demanda presentada ayer en su contra. La modelo Jenifer “Jenn” An, que fue concursante de America’s Next Top Model, alega que el rapero la agredió sexualmente mientras estaba en el set de “In for the Kill”, de La Roux. Según los informes a los que accedió el portal Page Six, el rodaje se había realizado hace más de 14 años, el 7 de septiembre de 2010, en el Hotel Chelsea de Nueva York.

La producción se había realizado en base a una versión remix de la canción del dúo pop británico que integraban la cantante Eleanor Jackson y el productor Ben Langmaid. La participación de Kanye West en la canción también incluyó esas escenas que se rodaron en el Hotel Chelsea. Según la denuncia, el músico había llegado al set acompañado por quien en ese momento era su novia, Selita Ebanks. En el testimonio se indica que el rapero “tomó el control de la producción y del equipo de producción” a pesar de que en el set se encontraba la directora Kinga Burza.The video player is currently playing an ad.

La modelo relató que West hizo que varias modelos, incluida ella, se alinearan en un pasillo y, tras elegirla, mientras ella solo vestía lencería para la escena, la condujo hacia un sofá largo, en la parte trasera de una suite. Había una cámara frente a ellos. El músico habría comenzado a estrangularla con una mano. Luego “le rodeó el cuello con la otra mano y continuó estrangulándola con ambas manos”. También afirma que la asfixió y le corrió el maquillaje.

Más tarde introdujo varios dedos en la garganta para emular una escena de sexo oral forzado. La modelo afirmó en su testimonio que durante ese episodio West gritó: “Esto es arte. Soy como Picasso”. Sin embargo, ella comparó su comportamiento con el fetichismo BDSM (sumisión, disciplina y sadomasoquismo, según su sigla en inglés). Luego miró alrededor para buscar a una persona que pudiera intervenir y agregó que, por la dificultad para respirar, sintió que sufrió un desmayo temporal.

An alega que, al salir del set, hizo contacto visual con Ebanks, de 41 años, pero la ex modelo de Victoria’s Secret “volvió bruscamente la cabeza”. Además de esta acusación contra el rapero, la modelo está iniciando acciones legales contra Universal Music Group, la editorial musical que respaldó a West en ese momento, alegando que “no investigaron” el incidente ni “no tomaron medidas”.

Según informó el portal, los representantes del rapero, de Ebanks y de la compañía discográfica no hicieron por el momento declaraciones al respecto. Por el lado de la denunciante, según analiza Page Six, la demanda busca una “cantidad no especificada de indemnización” por daños y perjuicios y, según la presentación realizada por sus abogados, se cree que West ha violado leyes federales de Nueva York, por estrangulamiento en segundo grado, delito grave por motivos sexuales y agresión. Afirma que ha enfrentado un trauma, incluido el sentimiento de “extrema humillación, degradación, victimización, vergüenza y angustia” a lo largo de los años, como resultado de lo que supuestamente sucedió. Además, la modelo concluye que también ha “sufrido y seguirá sufriendo por lesiones físicas, dolor emocional, sufrimiento, molestias, pérdida del disfrute de la vida” y “angustia física” grave.

Para quienes viven en las cooperativas y ciudadelas a los costados de la av. 25 de Julio, sur de Guayaquil, es cotidiano observar vehículos que circulan con placas que parecen adulteradas, borradas o tapadas en cierta parte con telas y bandas que son amarradas al maletero o sobresalen de él.

Según moradores, los automotores que presentan estas novedades van desde vehículos pesados hasta taxis e incluso unidades que forman parte de instituciones públicas.

Aunque constantemente la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) realiza controles de placas y sanciona a usuarios en diferentes sectores de la urbe porteña, la presencia del identificativo adulterado, tapado o borrado prolifera.

En el último operativo que se ejecutó en la ciudad, la entidad emitió 113 citaciones y se retuvieron 27 vehículos, y hasta agosto de este año ya había realizado más de 150 controles en territorio.

En un recorrido que hizo este Diario por zonas del sur, centro y Suburbio de Guayaquil se constató que decenas de vehículos continúan en las calles con el identificativo adulterado, borrado o algunos sin este.

De 40 conductores que se observó en unos quince minutos, en el tramo cercano al ingreso al puerto de Guayaquil, al menos 17 tenían la placa frontal y posterior con cintas negras que modificaban el número o borraban letras y números en su totalidad. Los números 6 convertidos en 8, las letras P convertidas en A, entre otras novedades.

En el sector de la Ayacucho, en cambio, se visualizaron vehículos con el parachoques trasero sobre la placa, lo que impedía que esta se observe claramente. Asimismo, un gran grupo de taxis y vehículos livianos con las placas borradas o sin placa sobre la av. Quito y 9 de Octubre.

Según Diómedes Moreno, taxista afiliado a una cooperativa del norte de la urbe, el que existan vehículos rodando con placas adulteradas, además de generar incertidumbre en las personas, también preocupa porque se desconoce si las cámaras que multan pueden detectar a esos infractores.

“Una vez me llegó una sanción a mi correo como si me había pasado una roja, y lo que pasó es que sí hubo alguien que se pasó una roja en la av. Quito —con dirección hacia el norte— y fue un carro que tenía la placa con cintas negras. Me imagino que la cámara no detectó y me lanzó la sanción a mí. Yo pude impugnar, pero igual uno se queda con el mal sabor”, manifestó Moreno.

Moradores de la ciudadela Los Almendros, en el sur de Guayaquil, dicen que estos vehículos preocupan a transeúntes porque, de darse un caso de robo o asalto y uno anota la placa, esta no serviría al estar cambiada. Cerca del mercado de la Caraguay también proliferan los identificativos modificados, aseguran vecinos.

“Debe existir alguna manera para que esto se controle. Hace unas dos semanas, a una vecina la asaltaron llegando a su casa. Ella anotó el número de la placa y, en el momento de hacer la denuncia, le dijeron que ese número no existía. Uno se queda como que en indefensión”, comentó.

Para 2025, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) informó que se implementarán nuevas placas vehiculares con el objetivo de elevar los niveles de seguridad y prevenir su adulteración. El directorio de la entidad emitió el reglamento para la gestión integral de placas de identificación vehicular que faculta los cambios.

La Ley de Tránsito prohíbe expresamente la falsificación y uso de placas adulteradas. El incumplimiento de estas disposiciones será sancionado de conformidad con el Código Orgánico Integral Penal (COIP).

El Código Orgánico Integral Penal (COIP) establece una sanción del 30 % de un salario básico, es decir, $ 138, a quien conduzca un vehículo con las placas alteradas u ocultas.

Para los vehículos sin placas, en Guayaquil rige la ordenanza que ordena la retención del vehículo por siete días con una sanción del 50 % de un salario básico ($ 230).

Para Mayra Solís, moradora de la cooperativa Flor del Guasmo, los controles también deberían ser en conjunto con Policía. “Aplaudimos que siempre haya controles, pero creo que esto va más allá. Las autoridades deberían buscar a esos talleres que hacen los ‘plaqueos’ y también detectar a esos sitios que ofrecen cambios para sus placas en internet”, manifestó.