El senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe, quien fue gravemente herido en la cabeza durante un atentado el 7 de junio, ha mostrado una respuesta “favorable y estable” en los últimos días, según la Fundación Santa Fe de Bogotá. El centro hospitalario confirmó que tanto las resonancias como las tomografías y otras imágenes diagnósticas reflejan una evolución positiva, y que su cuerpo ha respondido bien a las cirugías y tratamientos médicos . Sin embargo, su estado sigue siendo delicado: permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos con respiración asistida y sedación, y su pronóstico neurológico es reservado.

Tras superar una fase crítica, los médicos han comenzado un «protocolo de neurorrehabilitación», destinado a recuperar funciones neurológicas esenciales. Este proceso multidisciplinario incluirá terapias físicas, ocupacionales y del lenguaje, y se ajustará continuamente según su progreso.

Aunque los avances son reconfortantes, su evolución sigue siendo incierta debido a la gravedad del trauma. Uribe, de 39 años, recibió dos disparos en la cabeza y uno en la pierna durante un evento político. El agresor, un menor de edad, y cuatro adultos vinculados al atentado ya han sido capturados, mientras que la investigación continúa para identificar a los posibles autores intelectuales .

Este 11 de julio de 2025, a las 15:00 hora local desde la cárcel de máxima seguridad La Roca en Guayaquil, se celebra la audiencia de extradición de José Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’, quien se conectará vía Zoom. El presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ), José Suing, presidirá la diligencia, que será pública pero con acceso restringido; únicamente los canales oficiales podrán transmitirla, prohibiendo grabaciones externas.

Estados Unidos, a través del fiscal del Distrito Oeste de Nueva York Joseph Nocella, acusa a ‘Fito’ de delitos como narcotráfico internacional y tráfico de armas, basados en una acusación formal enviada el 8 de julio. Durante la audiencia, se le consultará si acepta la extradición. Si lo hace, se aplicará un procedimiento simplificado. En caso de oponerse, se convocaría una nueva audiencia donde Fiscalía y defensa expondrán los argumentos.

Tras una posible aceptación, el caso avanzaría hacia el despacho presidencial para su aprobación, previa verificación de garantías contra tratos inhumanos o pena de muerte. Si rechaza la extradición, su defensa podrá recurrir la decisión, prolongando el procedimiento varios meses. El trámite representa un paso crucial en la cooperación judicial entre Ecuador y EE. UU. en la lucha contra el crimen organizado.