Comprar un smartphone de segunda mano puede ser una gran opción para quienes buscan ahorrar dinero sin renunciar a un buen rendimiento, pero también implica ciertos riesgos si no se toman precauciones. Según expertos, es fundamental asegurarse de que el dispositivo haya sido “restablecido de fábrica” para eliminar configuraciones previas, datos del usuario anterior y posibles accesos remotos que comprometan la seguridad del nuevo dueño.

Otro aspecto clave es la inspección física y funcional del equipo. Esto incluye revisar el estado de la batería, los botones, la cámara, la pantalla y los puertos de carga, así como verificar que el IMEI (identificador único del teléfono) no esté reportado como robado o bloqueado. Muchos dispositivos parecen en buen estado, pero pueden tener defectos ocultos que afectan su desempeño a largo plazo.

Por último, la recomendación es adquirir estos equipos a través de plataformas o tiendas especializadas que ofrezcan garantías mínimas. Esto brinda mayor respaldo al comprador frente a fallos posteriores. Además, cada vez más usuarios se suman a esta tendencia impulsada por la economía circular, buscando extender la vida útil de los dispositivos y reducir el impacto ambiental del consumo tecnológico.

El uso frecuente de bálsamo labial se ha vuelto una costumbre para muchas personas, especialmente en climas fríos o secos. Sin embargo, los expertos advierten que aplicarlo constantemente podría no ser tan inofensivo como parece. Aunque estos productos están diseñados para proteger y suavizar los labios, un uso excesivo puede generar una dependencia percibida, donde la persona siente que necesita aplicarlo todo el tiempo para mantener la comodidad.

Dermatólogos explican que algunos bálsamos contienen ingredientes que, si bien aportan alivio inmediato, pueden provocar una mayor resequedad a largo plazo. Elementos como el mentol, el alcanfor o los aromas artificiales pueden causar irritación o deshidratación, haciendo que los labios se resequen más, lo que lleva a una aplicación repetida y continua.

La clave está en elegir productos con ingredientes humectantes y simples, como manteca de karité, lanolina o aceites naturales. Además, se recomienda no abusar del bálsamo y permitir que los labios produzcan su propia barrera de hidratación. Usarlo con moderación, mantenerse bien hidratado y protegerse del sol son prácticas esenciales para unos labios sanos sin caer en el uso compulsivo del producto.