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Las llamadas ‘cuentas de adolescentesrestringirán el acceso a contenido sensible, pero la ausencia de verificación de edad sigue siendo una debilidad.

Instagram anunció en septiembre cambios para proteger a los jóvenes en su plataforma. Para enero de 2025, Meta implementará varias medidas: las cuentas de menores serán privadas, podrán comunicarse solo con personas que conocen, tendrán acceso restringido a contenido sensible y se establecerá un límite de tiempo de uso; estas serán conocidas como ‘cuentas de adolescentes’. Además, los menores de 16 años necesitarán el consentimiento de sus padres para modificar la configuración de su cuenta.

Sin embargo, a pesar de que estas medidas suenan bien, los expertos consideran que no son suficientes. “Las nuevas políticas de Instagram son ineficaces sin un sistema efectivo de verificación de edad que asegure que los usuarios son realmente quienes dicen ser”, señala Ferran Lalueza, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Es importante mencionar que España es uno de los países donde más temprano se usa Instagram, con un 65% de niños entre 13 y 15 años ya en la plataforma, según datos de Qustodio 2024.

Silvia Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, señala que otra dificultad es que los usuarios pueden proporcionar información falsa. “Los menores pueden fácilmente engañar al sistema y mentir sobre su edad, lo que los expone a contenidos inapropiados sin las protecciones que ofrecen ciertos filtros”, advierte Martínez.

Esta falta de protección es un problema más amplio que también afecta el acceso de los menores a la pornografía. Aun así, Meta asegura que verificará la fecha de nacimiento proporcionada, contrastándola con otras fuentes, y que se requerirá el permiso de un padre o tutor para cambiar la configuración de la cuenta.

Cuentas privadas: ¿se acabarán los problemas?

Con las cuentas restringidas, Instagram requerirá que los menores acepten las solicitudes de nuevos seguidores para que puedan acceder a su contenido e interactuar. Actualmente, si tienen el perfil público, pueden recibir solicitudes, comentarios y mensajes de cualquier usuario, lo que en muchos casos incluye contenido erótico o pornográfico. Un estudio de Unicef revela que el 42% de los adolescentes ha recibido mensajes de este tipo en redes sociales. “Los acosadores a menudo ocultan su identidad, lo que les permite integrarse en el círculo de confianza del adolescente y ejercer una influencia negativa”, señala Lalueza.

Otra preocupación es que muchos menores manejan múltiples perfiles. Se estima que dos de cada tres adolescentes tienen más de una cuenta en la misma red, que utilizan de manera selectiva para comunicarse con familiares y amigos. “A menudo, no se identifican como adolescentes en todas sus cuentas, ya que es común que tengan varias, y no todas son supervisadas por sus padres”, agrega. Instagram también modificará cómo se manejan las etiquetas y menciones en fotos y videos, restringiendo estas funciones a personas que tengan la aprobación del menor.

La que más afecta su salud mental

Entre otras nuevas medidas, la aplicación notificará a los menores cuando hayan superado los 60 minutos de uso. Sin embargo, Lalueza señala que se trata solo de un aviso y que si el adolescente está realmente enganchado a la red, es probable que ignore la advertencia y continúe navegando. Según datos de Qustodio, Instagram es la segunda red social más utilizada por los menores españoles, con un promedio de 71 minutos al día, lo que representa un aumento del 27% en comparación con 2022.

Meta ha introducido configuraciones más restrictivas que limitan el acceso a contenido sensible, como la violencia y mensajes que puedan perjudicar la autoestima. La compañía lo presenta como una herramienta «contra el bullying». Esta funcionalidad se aplica tanto a publicaciones regulares como a reels, así como en el muro principal y la sección de Explorar. Además, se podrán bloquear palabras y frases ofensivas en comentarios y solicitudes de mensajes directos mediante la opción «Palabras restringidas». Un estudio de RSPH señala que Instagram es la peor red social para la salud mental de los jóvenes, con una puntuación negativa mayor, seguida de Snapchat, Facebook, Twitter y YouTube, que es la única con un promedio positivo.

Los expertos enfatizan la necesidad de que las autoridades implementen una regulación efectiva que obligue a las redes sociales a proteger a los menores, más allá de acciones superficiales. Martínez concluye que ¨es esencial fomentar la educación mediática¨, para que tanto padres como menores comprendan los riesgos y herramientas disponibles para una navegación segura en las redes sociales.

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