
Un incendio forestal estalló el jueves 3 de julio en las afueras de Atenas, cerca del pueblo costero de Rafina, lo que llevó a las autoridades a evacuar de emergencia a más de 1 200 habitantes de al menos cuatro localidades, incluidas zonas próximas al aeropuerto internacional. El intenso humo provocó la suspensión temporal de despegues y la rápida movilización de unos 170 bomberos, 48 vehículos de emergencia, 14 aviones y 7 helicópteros cisterna para contener el fuego. Si bien se logró controlar el frente principal, persisten varios focos activos que mantienen la atención de los equipos de emergencia.
Simultáneamente, en la isla de Creta se registra otro gran incendio que ha obligado a evacuar a más de 5 000 personas, entre residentes y turistas. En respuesta, se desplegaron más de 230 bomberos, 10 helicópteros cisterna y numerosos vehículos para apagar las llamas, que han alcanzado hoteles, zonas rurales y olivares. Aunque se reportaron hospitalizaciones por problemas respiratorios, hasta el momento no se han contabilizado víctimas mortales en ambas zonas afectadas.
Estos incendios coinciden con una ola de calor temprana y extrema que afecta a Grecia y buena parte de Europa, con temperaturas que superan los 38 °C, condiciones que aumentan el riesgo de propagación rápida de las llamas . Las autoridades han emitido advertencias regionales y mantienen operativos a bomberos y medios aéreos para evitar nuevos brotes, mientras que científicos advierten que este tipo de fenómenos se intensificarán debido al cambio climático en la región mediterránea .