Tras la emboscada del 9 de mayo de 2025 en Alto Punino, provincia de Orellana, donde 11 militares ecuatorianos fueron asesinados durante un operativo contra la minería ilegal, el Ejército ha intensificado sus acciones para neutralizar al grupo armado Comandos de la Frontera, presunto responsable del ataque. El comandante general del Ejército, Henry Delgado, trasladó su puesto de mando a la Brigada N.º 19 Napo, ubicada en El Coca, para supervisar directamente las operaciones en la zona.
La estrategia militar incluye un cerco táctico del área, operaciones de reconocimiento ofensivo, rastrillaje territorial y el despliegue de unidades de Fuerzas Especiales. Además, se ha reforzado la movilidad terrestre y se cuenta con apoyo aéreo proporcionado por helicópteros de la Fuerza Aérea. En total, se han movilizado 1.800 militares a la región. La operación también incorpora tecnología avanzada, como drones de reconocimiento, sistemas de comunicación encriptados, sensores de rastreo y apoyo en inteligencia operativa.
El Ministerio de Defensa ha calificado la situación como una «guerra contra los terroristas» y ha reafirmado su compromiso de capturar a los responsables del ataque. La emboscada ha sido atribuida a los Comandos de la Frontera, una disidencia de las FARC, aunque este grupo ha negado su participación en los hechos. El presidente Daniel Noboa declaró tres días de duelo nacional en honor a los militares fallecidos y los designó como héroes nacionales.