Las rescatistas de la Fundación Camino a Casa decidieron nombrarla Alejandría y le prometieron curar tanto sus heridas físicas como emocionales, con la esperanza de que pueda volver a confiar en los humanos. Aunque la tarea es compleja, hay señales alentadoras: tras descansar un poco en la veterinaria, la bulldog francés comenzó a caminar y ladrar.
Alejandría llegó a manos de Cristina luego de recibir una alerta. Una mujer, dueña de una ferretería, le brindó apoyo tras ser rescatada de un contenedor de basura por un recolector independiente. Sus antiguos dueños la habían arrojado allí. «Mi pobre Alejandría», expresó Cristina conmovida.
La perrita presentaba un tumor, una herida abierta y larvas que complicaban su estado. Por su raza, los rescatistas sospechan que sus antiguos tutores la explotaron para la cría y venta de cachorros. Cuando dejó de serles útil, simplemente se deshicieron de ella.
“Las personas que compran perros de raza fomentan este tipo de abandono. ¡Por favor, no compren! Estos perros no deberían seguir reproduciéndose; tienen graves problemas respiratorios”, enfatizó uno de los rescatistas.
El futuro de Alejandría
Hasta las 14:30 del 12 de diciembre de 2024, los veterinarios esperaban que Alejandría ganara fuerzas para operarla y tratar el tumor, ya que intervenirla de inmediato podría haber sido letal debido a su frágil estado.
Este nuevo caso de maltrato animal se suma a la creciente lista de perros abandonados, una práctica que constituye una Infracción Muy Grave según la Ordenanza Municipal de Quito.