
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó este 19 de agosto que Estados Unidos está “preparado para usar todo su poder” para detener el flujo de drogas hacia su territorio. Estas declaraciones se enmarcan en un contexto de creciente presión sobre Venezuela, luego de que se confirmara el despliegue de tres destructores antimisiles en el Caribe y la movilización de alrededor de 4.000 tropas estadounidenses en zonas cercanas a la costa venezolana.
Los buques desplegados incluyen fragatas clase Aegis (USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson), que llegarían en las próximas horas al área. El almirantazgo también contempla el uso de aviones de reconocimiento como los P-8 y de al menos un submarino de ataque, cuyo objetivo es intensificar la vigilancia, recabar inteligencia y estar listos para acciones directas en el combate contra grupos narcotraficantes calificados por la administración Trump como organizaciones terroristas.
Desde Venezuela, el régimen de Maduro rechazó categóricamente estas acciones, calificándolas de agresiones imperialistas y una amenaza a su soberanía. Nicolás Maduro anunció la movilización de más de 4,5 millones de milicianos para responder ante lo que denominó una “amenaza extravagante y absurda”. Asimismo, Cuba denunció la operación como parte de una agenda militar en la región promovida por el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio