Matthew Perry falleció el 28 de octubre del año pasado en su casa de Los Ángeles, California. Su autopsia reveló que murió debido a los «altos niveles de ketamina» encontrados en sus muestras de sangre postmortem, además de factores como el «ahogamiento, enfermedad de las arterias coronarias y los efectos de la buprenorfina», según el informe presentado en diciembre.
Aunque en su momento la muerte de Perry, de 54 años, fue considerada un accidente, la Policía de Los Ángeles y la Administración para el Control de Drogas (DEA) están investigando cómo el actor llegó a tener tanta cantidad de esta droga en su organismo y su posesión en general.
La ketamina es un fármaco anestésico disociativo con usos médicos y quirúrgicos establecidos.
El actor, conocido mundialmente por su papel de Chandler en la serie «Friends» (1994-2004), estaba recibiendo terapia de infusión de ketamina para tratar la depresión, la ansiedad y otros problemas.
Sin embargo, «la ketamina presente en su organismo en el momento de la muerte no podía proceder de esa terapia de infusión, ya que la vida media de la ketamina es de tres a cuatro horas o menos», según el informe obtenido por los medios.
En su libro “Friends, Lovers, and the Big Terrible Thing”, publicado en 2022, Perry confesó haber sufrido varios episodios de adicción a las drogas y al alcohol durante su tiempo en «Friends». No obstante, personas cercanas al actor aseguraron que él estaba “extremadamente positivo y sobrio” antes de su fallecimiento.