La violencia y el crimen organizado sacuden al fútbol ecuatoriano: jugadores en la mira de atentados y muertes
El fútbol ecuatoriano enfrenta una grave crisis de seguridad: en los últimos días, jugadores han sido asesinados, heridos o amenazados en diversos ataques armados. Tres futbolistas de la Segunda Categoría —Maicol Valencia, Leandro Yépez y Jonathan González— murieron en menos de dos semanas, y otro fue herido. Uno de los casos más recientes fue el del delantero Bryan “Cuco” Angulo, baleado en Manabí al llegar a un entrenamiento; el agresor fue detenido.
Las investigaciones señalan que estos ataques podrían estar relacionados no solo con delitos comunes, sino con redes de apuestas ilegales, extorsiones y manipulación de partidos. La Fiscalía General del Estado ha abierto casos por presunta delincuencia organizada con fines extorsivos dentro del fútbol, incluyendo equipos y jugadores de categorías menores. Además, se investigan vínculos entre clubes ecuatorianos y grupos criminales que operan apuestas clandestinas.
El contexto es crítico: la violencia ha dejado luto, inseguridad y temor entre las plantillas, y plantea interrogantes sobre la protección que las instituciones deportivas y las autoridades ofrecen a los futbolistas. Los clubes, jugadores y familiares exigen acciones urgentes, mayor seguridad y transparencia, así como sanciones ejemplares para quienes intenten cooptar al fútbol para fines ilícitos.