
Amazon ha implementado más de un millón de robots en sus centros de distribución, una cifra casi igual al número de empleados humanos que operan en esas mismas instalaciones. Estos sistemas robóticos —brazos hidráulicos, robots móviles e inteligencia artificial avanzada como el sistema “Vulcan” para detección táctil— trabajan en conjunto con el personal para manipular, clasificar y embalar pedidos .
La compañía asegura que el 75 % de sus envíos globales ya cuenta con soporte robótico, impulsando una eficiencia operativa sin precedentes: cada empleado gestiona casi 3 870 paquetes, subiendo desde 175 en 2015. Además, se han creado empleos mejor remunerados en automatización, como supervisores y técnicos robóticos, con más de 700 000 trabajadores recibiendo capacitación. Sin embargo, los centros han reducido su plantilla media —por ejemplo, los centros en EE.UU. bajaron a 670 empleados en 2023—, reflejando un replanteamiento del modelo laboral.
Aunque Amazon promueve el uso de robots ergonómicos y sistemas destinados a disminuir la carga física, también enfrenta críticas por posibles efectos adversos. Algunos estudios anteriores en instalaciones robotizadas menciones incrementos en lesiones laborales de hasta 50 %, por lo que surgen interrogantes sobre la seguridad real del personal.