
El presidente Donald Trump anunció durante una reunión de gabinete el martes 8 de julio de 2025 un arancel del 50 % a las importaciones de cobre, siguiendo el modelo aplicado previamente al acero y al aluminio. Además, adelantó su intención de imponer un gravamen de hasta 200 % a productos farmacéuticos si sus fabricantes no reubican su producción a Estados Unidos, dándoles un periodo de “un año o año y medio” para hacerlo.
Estas medidas responden a la doctrina “America First” y se basan en una investigación bajo la sección 232 por motivos de seguridad nacional, con el objetivo explícito de reindustrializar sectores estratégicos . El anuncio fija el 1 de agosto de 2025 como fecha límite para el inicio de estos aranceles —sin prórroga—, reforzando el ultimátum a socios comerciales tras aplazamientos anteriores.
El anuncio provocó un incremento inmediato del 10–17 % en los precios del cobre en los mercados de futuros , lo que podría elevar costos para industrias dependientes del metal (como electrónica, automotriz y energía). Asimismo, el gravamen farmacéutico amenaza a exportadores clave —como Irlanda, India y China— y podría desestabilizar las cadenas de suministro, encarecer medicamentos en EE.UU. y provocar represalias comerciales .